Museo Comunitario Isla Maciel

Isla Maciel, en el partido de Avellaneda, a un paso de trasbordador del barrio de La Boca, tiene una larga historia de astilleros, trabajadores inmigrantes y conventillos; también de prostitución organizada y de villas miseria.
El Museo Comunitario fue creado en 2014 por vecinos y docentes de la Escuela Secundaria N° 24, ubicada en el barrio. El puntapié inicial fue un taller de memoria barrial en la misma escuela. Lxs vecinxs se fueron acercando, sea para saber más sobre el barrio, para donar algún objeto o para contar alguna historia. Desde 2016 tiene sede propia (un edificio en desuso pedido a la Municipalidad de Avellaneda, que debió ser reparado y acondicionado). En el predio hay un espacio de muestras donde se cuenta la historia del barrio y su relación con el antiguo puerto del Riachuelo y los inmigrantes, a través de fotos y objetos aportados por vecinxs. Tiene también un auditorio, un aula, una cocina, biblioteca y un salón de reuniones, que sirve también como comedor. Desde sus inicios, el énfasis de quienes participan es que se trata de un Museo Comunitario, con un alto grado de participación de lxs vecinxs en la toma de decisiones.
Desde el Museo se organizan visitas guiadas para conocer las calles y antiguos edificios, como los conventillos construidos por los trabajadores inmigrantes, similares a los del vecino barrio de La Boca. La actividad propone un recorrido por la isla, articulando tres iniciativas: el museo comunitario en si, escala final donde concluye la visita, el proyecto de turismo comunitario gestionado inicialmente desde la escuela y Pintó la isla, una iniciativa de arte urbano que comenzó con un profesor de artes visuales en la escuela y fue creciendo, con más de doscientos murales en diferentes paredes del barrio y la participación de muralistas de diferentes lugares del mundo que son invitadxs a pintar.
El recorrido de la visita resalta lo que queda de ese pasado, especialmente las construcciones de chapa, así como los hitos de la historia que conectan el barrio con el mundo de la nación –la labor de extensión universitaria de la UBA entre 1956 y 1966, los lugares que fueron escenario de películas emblemáticas del cine argentino, las marcas territoriales de desaparecidxs durante la dictadura. También la profusión de murales que cubren paredes y muros en todo el barrio. ((hay también silencios y ausencias: el pasado de prostitución, las zonas que conforman asentamientos precarios –las ya viejas villas miseria)).
El trabajo del Museo pareciera ubicarse en una condición fronteriza, desplegando movimientos de acercar al barrio a un afuera (turistas de diferentes lugares del mundo, pero también visitantes locales) y entramar a sus habitantes en el proyecto mediante políticas de reconocimiento y puesta en valor del espacio barrial (su patrimonio histórico, su propia historia).
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